viernes, 6 de septiembre de 2019

Ferrata del Chorro

FERRATA DEL CHORRO

6.9.2019





Cercana, intensa, larga, divertida y con unas vistas maravillosas. Ese es el resumen de la que para mi gusto es la vía ferrata más completa de todas las que he hecho, comparable al Castillo de Gaucín y el Hacho si estuvieran juntas.

En esta ocasión nos apuntamos Santi, Ale, Robin, Luis, Juan y yo. A Luis y a Juan no los conocía, así que la visita ha servido para ir conociendo a más gente del grupo.











Tras quedar en la BP de Cártama nos fuimos en dos cocheshasta el Chorro, nos equipamos, subimos la incómoda cuesta e iniciamos el recorrido, sin problemas, con buena temperatura y a buen ritmo. 








En la tirolina me quedé en la recepción por si había que echar una mano a alguien y Santi se quedó en la cabecera para explicar cómo colocar las poleas y revisar la seguridad. Todo el mundo llegó sin dificultades, alguno con una mínima remada, y continuamos la progresión.












Al llegar al puente mono ya había oscurecido, así que el resto de la ferrata se terminó con los frontales. El camino de retorno tampoco planteó una dificultad especial en cuanto a orientación (es el único que me sé de memoria ).













 

Terminada la visita, como era ya tarde, nos volvimos a Cártama a por los coches, y a casa.

La ferrata ahora mismo es muy peligrosa, ¡mucho cuidado! Las rampas sobre los tramos verticales están plagadas de rocas del tamaño de dos puños en los bordes, una corriente algo fuerte de aire las puede arrojar sobre las cabezas. Limpiar aquello es un trabajo ingrato porque hay muchísimas más rocas inestables, algunas enormes, por todas las rampas y repisas. Imagino que una lluvia fuerte dejará aquello en buen estado, aunque seguro que daña muchos peldaños. Así que hay que progresar en grupos pequeños y con un cuidado extremo con dónde se pisa, sin patosos o gente poco cuidadosa, o poniéndolos al final del grupo. Nosotros subimos todos con un cuidado exquisito, y lo único que cayó fue porque se hizo una pequeña limpieza de piedras especialmente peligrosas.

El camino de retorno está muy seco y polvoriento, y en algunos tramos supera ya una inclinación lateral de 60 grados, por lo que es muy resbaladizo. Hay que recorrerlo con unos zapatos adecuados, de montaña y con buen agarre, y a ser posible con al menos un palo de caminar.




Por lo demás, la visita fue estupenda, sin incidencias y con un grupo muy apañado. En cuanto refresque un poco la convocaré de nuevo en el club pero para hacerla durante el día, que se disfruta más del estupendo paisaje. ¡Olé!

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